Sin libertad de expresión no hay periodismo

Entre el mismo gobierno y la delincuencia nos reprimen, así que no existe la libertad de expresión.

Sin libertad de expresión no hay periodismo
Yohali Reséndiz

¿Si volvieras a nacer elegirías ser periodista?

“Sí, claro –responde sin titubeos en entrevista para Opinión 51 Tamara Corro, corresponsal de Veracruz para agencias y medios de comunicación en México–. Me gusta mucho. Es mi pasión”, enfatiza.

Quienes amamos y respetamos esta carrera coincidimos con Gabriel García Márquez en que el periodismo es la mejor profesión del mundo a pesar de que hay quienes llevan tatuada en la frente la palabra desprestigio mientras que otros a pesar de contar con un espacio importante en algún medio de comunicación lo echan por el caño y les vale un pepino la credibilidad. Pero ese es otro tema.

Ahora centrémonos en presentar a Tamara Corro, una mujer periodista mexicana que ha participado en varios medios de comunicación desde que era estudiante en Xalapa, Veracruz. Ha sido colaboradora corresponsal en TV Azteca e Imagen Televisión y hemos mirado sus reportes desde cualquiera de las zonas de Veracruz. Hoy 7 de junio hemos querido saber desde su óptica de un asunto que nos atañe a todos.

–¿Tamara, existe para ti la libertad de expresión?

–No. Entre el mismo gobierno y la delincuencia nos reprimen esta libertad, así que no. Siento que ha ayudado el internet, a través de las redes sociales se ha logrado abrir un poco más. Sin embargo, todavía falta mucho por hacer y también en la cuestión de que a veces uno mismo se pierde con esta parte de libertad por el temor a que haya una consecuencia, ¿no?, incluso hasta perder la vida.

¿Y sí, cuántos compañeros y compañeras periodistas han sido asesinados por informar, investigar y exhibir?

–Importante hablar también de la línea editorial, ¿te has enfrentado con eso?

–Sí, en muchísimas ocasiones. Desgraciadamente también está la cuestión de los intereses de los medios de comunicación en los que trabajamos, pues muchas veces es una impotencia, ¿no? El saber que está buena la historia que se puede dar a conocer e incluso ventilar a algunos funcionarios; sin embargo, pues cuando dicen que no va no queda más que cruzarnos de brazos. Fui entendiendo que ellos son una empresa y que yo al final de cuentas soy una empleada, y que me tengo que atener a lo que ellos mandan, desgraciadamente, pues es la realidad.

–Tú me dices que lo fuiste entendiendo, yo nunca lo he entendido, Tamara, ¿cómo se puede dejar de ser periodista?, ¿cómo se puede una alinear? ¿Cómo llegas a casa? Yo llegué muchas veces con frustración, me decía: “tengo que contar lo que miré, decir lo que escuché, relatar esta historia”. ¿Cómo se llega a ese punto donde te dices ‘soy una empleada’, cuando somos periodistas?

–Pues en ese entonces así lo vi. Estaba más chica y yo decía: “pues, ¿qué puedo hacer?”. Una de las formas es que algunos compañeros la publiquen por ti, pero desgraciadamente sí llegué a esa situación de pensar ‘soy una empleada’ porque si no me iban a correr, ¿no? Es ahí cuando también piensas que somos periodistas, pero también estamos con el riesgo de que nos corran del trabajo, ese es un problema que nos preocupa –dice Tamara.

–¿Una o muchas veces te has autocensurado, te ha pasado también?

–Pues yo creo que, aunque no se quiera reconocer, pero pasa cuando uno siente que corre riesgo. Yo no sé si estoy bien, pero yo he pensado que cuando ya son temas que pueden poner en peligro la vida de uno o de un familiar, un ser querido, es ahí cuando dicen pues por lo menos yo directamente no lo voy a dar a conocer, no lo voy a hablar para que no sepan que yo lo dije. Incluso algunos jefes me han dicho: “primero está tu vida, porque desgraciadamente nadie, el día que te mueras, nadie te va a respaldar”, por eso yo creo que a veces que es cuando uno se autocensura o a veces piensas que esta nota no la van a querer porque traen esta línea, pero a veces sí, aunque no debería ser, pero en ocasiones nos pasa.

–¿Te ha pasado que al cubrir estos reportajes o notas donde realmente creemos que estamos en riesgo, por ejemplo, un desastre natural, Tamara, en qué momentos te has sentido que estás sola? orque una cosa es lo que ven los televidentes, una cosa es lo que ven ya los jefes de información en los medios de comunicación para los que hemos trabajado, pero una cosa también es lo que enfrentamos nosotras cuando estamos reporteando en el lugar.

–Bueno, en el caso de los huracanes sí me he sentido en peligro, es mucha adrenalina, porque al final de cuentas ese tipo de información nos emociona cubrirla, por un lado; por otro lado, ya como a manera personal pienso en la familia, ¿no? En una ocasión me pasó que yo iba a cubrir hacia el norte del estado un huracán, pero me quedé primero en Veracruz en el puerto y de ahí el otro día iba a continuar el viaje; sin embargo, se registró por la noche un temblor muy fuerte en Oaxaca, entonces no me podía comunicar con mi familia, no sabía nada de ellos, porque también en Coatzacoalcos fue fuerte a pesar de que no hubo tanto daño, y entonces ese momento dije: ‘¡ay Dios mío!, ¿qué tal si pasó algo y yo no puedo regresar con mi familia o estoy en el huracán y si se registra más fuerte lo que pensaba y ya no voy a poder verlos?. Sí, en ese sentido sí me ha pasado, pero vuelve a haber otro huracán y vuelvo ahí.

Ahora un ejercicio de 10 palabras de respuesta rápida:

Periodistas asesinados: impunidad

Libertad de expresión: nula

México: triste

Seguridad: nada

Credibilidad: poca

Zona de riesgo: muchos lugares

Presidente: sin palabras

Cobertura segura: no hay

Tiempos difíciles: muchos, actualmente

Vida: importante

En estos tiempos no solamente basta un periodismo de calidad sostenido por un anhelo de justicia y verdad, el bien común, sino que además hay que estar a la defensiva casi siempre para realizar a plenitud esta vocación y encontrar herramientas de defensa para hacer valer una máxima: libertad de expresión. Sin libertad de expresión no hay periodismo.

@yohaliresendiz

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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