Tragedia en la oscuridad

Por Yohali Reséndiz

El pasado sábado 7 de enero de 2023, a las 9:14 de la mañana, un conductor de tren de la Línea 3 reportó vía celular varios cortes de energía a su paso. El convoy que operaba se dirigía hacia metro Universidad.

Casi dos minutos después, Carlos Osorio, conductor de otro tren, había dejado atrás la estación Potrero, la cual nos han confirmado que tiene una importante falla geológica –por ello los usuarios sienten debajo como baches cuando circula el tren en esa estación–. En segundos, Carlos Osorio entra al túnel que conecta Potrero con la estación La Raza, los vagones se deslizan por el desnivel que va al subterráneo; ya en el túnel, el conductor miró un destello e intuyó que era otro tren. Él no sabe que quien conduce el tren de adelante va despacio, con precaución porque el túnel está muy oscuro, su conductor se ha dado cuenta de que no hay señalización. El tren también va hacia Ciudad Universitaria y está en la misma vía que el que conduce Carlos Osorio, que lleva el intervalo de distancia correcto destinado para los sábados en los trenes del Sistema Colectivo Metro.

En segundos, Osorio mete freno de emergencia, pero es tarde, pues el tonelaje de la unidad recorre entre 50 y 70 metros y tarda 2.5 segundos en detenerse aun con el frenado de emergencia.

Un estruendoso ruido y un jaloneo en seco cimbra ambos vagones y los usuarios que van dentro chocan o caen encima unos de otros; algunos rebotan en las paredes internas del gusano naranja. Los celulares comienzan a encenderse y las personas a buscar señal para pedir ayuda.

El operador Carlos Osorio impacta la cabina delantera del tren que conduce con la trasera del que tiene enfrente. El operador de adelante recibió un golpe seco, un latigazo. Carlos Osorio queda prensado y junto con él tres personas más. Uno muere, los otros claman ayuda, decenas de usuarios con lesiones que ahora no las sienten por el estrés y la adrenalina.

Pronto las redes se encendieron. Algunos señalaron que quizá uno de los operadores estaba alcoholizado, otros plantearon que hubiera usado el piloto automático y, claro, muchos miles más reclamaron a quien miran como responsable de un accidente más en el Sistema Colectivo Metro de la Ciudad de México y escribieron su nombre y adjuntaron su foto con el hashtag: #EsClaudia.

Hay que aclarar que si el operador Carlos Osorio hubiese ido con piloto automático es posible que con energía eléctrica el tren hubiese detectado la señalización del semáforo amarillo o rojo dentro del túnel y se hubiera detenido; sin embargo, en ese momento no había energía eléctrica, y por ende tampoco señalización, por lo que el tren manejado en piloto automático al no detectar luz se hubiese seguido adelante y hubiese chocado igualmente.

Hay que decir que el conductor Carlos Osorio miró esos destellos; intuyó que era un tren que tenía enfrente aun con la oscuridad y, a pesar que todo estaba en contra metió el freno de emergencia, salvó la vida de cientos de usuarios.  Carlos Osorio está reportado grave, pero estable, y hay que decir también que no iba en estado alcohólico.

Al enterarnos del accidente comenzamos a reportear sobre lo ocurrido y subíamos en @yohaliresendiz todo lo que fuimos obteniendo y para la reflexión a continuación comparto lo que un funcionario del Metro nos compartió y que omito su nombre para evitarle represalias.

En el tramo donde fue el incidente ya se habían reportado cortes de energía, el conductor de adelante, reportó que no había luz a la entrada del túnel, si no hay luz no hay señalización, por ende el conductor de atrás no vio ningún semáforo ni en amarillo ni en rojo ni en verde…ese tramo está mal porque tiene falla geológica.

Lo de hoy, ya se había reportado desde la semana pasada, que a la entrada del túnel no se veía nada, no había luz y no había señalización, el conductor hizo lo imposible para detenerse y aunque pongan el frenado de emergencia, el tren tarda 2.5 segundos en detenerse pero recorre un aproximado de entre 50 y 70 metros por el tonelaje de la unidad.

Los usuarios reportaron que casi 40 minutos después del accidente arribaron los equipos de emergencia, pero hay que aclarar que era imposible entrar ya que las vías se tienen que des energizar, por ello en su momento hubo un corte de corriente desde Indios Verdes hasta la estación Guerrero y una vez des energizadas las vías no se puede caminar sobre ellas por el riesgo de electrocutarse.

Minutos después del accidente y como parte de una investigación exhaustiva varios conductores de trenes del metro en entrevista señalaron que el Sistema Colectivo Metro los ha obligado a utilizar su propio celular para comunicarse luego de la explosión del 9 de enero del 2021 en la subestación eléctrica del Puesto Central de Control 1 del Sistema de Transporte Colectivo de la Ciudad de México, localizado en la calle de Delicias, el cual provocó el paro de circulación de 6 de 12 líneas del metro que existen, ya que el PECECEUNO como se le conoce, es considerado como el cerebro de la red que coordina a los trenes y según cifras oficiales el incendió ocasionó la muerte de una policía, mientras que trabajadores, policías y bomberos, fueron trasladados a hospitales por intoxicación…. Es importante destacar que a partir de este gran incendio, el voceo a cualquier línea dejó de funcionar, y nunca, denuncia personal del metro, se reparó.

En su lugar fue instalado el sistema Tetra, sistema de comunicación a través de radios, pero que no cumplió con su función pues la señal se perdía y, por lo tanto, el personal del metro se quedaban incomunicado, y por ello los conductores fueron obligados a utilizar su celular para comunicarse.

Los números de esta administración en presupuesto, el metro arrancó con 17 mil 224 millones de pesos, el 2020 se redujo a 15 mil 652 y gastó 14 mil 290 millones de pesos con un subejercicio, es decir, no se gastaron 587 millones de pesos de recursos asignados.

¿Dónde quedaron esos millones? Este año, el metro recibirá un aumento que no llega ni al 1 por ciento para un transporte que diariamente mueve a 4.6 millones de pasajeros en un día repartidos en 277 trenes. Sin olvidar, mencionar que los trabajadores exigen la renuncia de Guillermo Calderón, director del metro.  

Para cerrar: Lo de hoy ya se había reportado desde la semana pasada, otra vez, la negligencia, la incapacidad, el ensordecimiento, la ceguera, el desdén de no atender una situación que pudo evitar una tragedia.

Otra vez la incapacidad de no asumir que son millones de vidas las que diariamente se transportan en este transporte colectivo Metro y no pollos (que también son animales que merecerían un transporte digno a donde quiera que vayan).

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