Dignidad
Pensemos en las familias de las víctimas que atestiguan una y otra vez un episodio que nunca hubieran querido vivir.
Por Frida Mendoza, reportera y editora originaria de la Ciudad de México. Es coautora del libro “Las 7 mafias chilangas” editado por Grijalbo. En su carrera como periodista ha trabajado principalmente temas de derechos humanos, género, feminismo, salud y metrópoli en distintos medios digitales como Emeequis, Malvestida, FrojiMX, MCCI, entre otros.
Nuevamente nos rompimos. Las imágenes de un video viral que no debía serlo circulaban en todas las redes sociales, incrustadas en notas de medios digitales, como portada en periódicos y completas (con y sin blur) en los noticieros estelares de la noche, los del día siguiente, los de la tarde. Lo que vimos, que no describiré, encaja en la descripción del caso de los últimos momentos de Milagros Monserrat con vida tras ser atacada pero también con el caso de los cinco jóvenes desaparecidos en Lagos de Moreno. Y en ambos casos fallamos con lo mínimo que merece una persona: dignidad.
Este año, en el que por primera vez fui invitada a dar talleres sobre cubrir con perspectiva de género y evitar discursos de odio, he dado varias lecturas al Manual urgente para la cobertura de violencia contra las mujeres y feminicidios en México realizado por las colegas y maestras en este tipo de coberturas, Lydiette Carrión, Cristina Salmerón y Karla Casillas, y si les soy sincera, es doloroso ver se han actualizado los ejemplos de cómo no se debe de dar seguimiento a un caso de violencia hacia las mujeres, pero ahora agrego: cómo no se debe dar seguimiento a casos de víctimas en general.
