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Por Frida Mendoza
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Hay días en que hacer periodismo (¿o la vida?) se siente más duro que otros.

Tan solo este mes, al recorrer sitios de noticias nacionales podíamos detenernos en historias de feminicidios, coberturas atropelladas y plagadas de transfobia, violencia de todo tipo, mientras a la par se da seguimiento constante al destape, bajadas y pleitos políticos que parecen concentrarse más en un “todxs vs todxs” y menos en la sociedad que dicen querer ganar en las urnas.

Todo eso sobrepasa y no sabemos para dónde voltear, o al menos así pasa en mi caso. ¿Cómo lidiamos con tanto si no podemos decir tan a la ligera “pues deja de ver noticias”? ¿Cómo leer entre líneas todas las noticias que pasan frente a nuestros ojos? ¿Podríamos pensar en otras coberturas?

Hace unos meses recibí dos invitaciones, casi a la par, para compartir un poquito de mi experiencia y hablar sobre un tema que me apasiona: perspectiva de género y combate a discursos de odio. La primera vez ocurrió en un círculo de conferencias en la Universidad Autónoma de Querétaro en el campus de San Juan del Río y la segunda en un taller virtual sobre “las red flags de la redacción” como parte de los talleres de verano de la revista digital La Desvelada.

En ambas ocasiones quise enfatizar en algo que creo: todo periodismo debería ser con perspectiva de género y de derechos humanos. Y contrario a lo que muchas personas dicen (y puede que les pese o moleste) ningún periodismo es objetivo y si nuestra postura verdaderamente está bajo la premisa de “servir a la sociedad” debe privilegiar las voces de las víctimas y sus derechos.

Y por eso hoy escribo pensando en que si algo nos acompaña verdaderamente a diario, es una nota informativa, esa que por muchas personas es ninguneada, otras ya les huimos porque sabemos lo demandante que es, pero que si pensamos en el grueso de las personas que trabajan en medios, en algún momento estamos ahí.

Las notas informativas que nos acompañan y nos informan generalmente tendrían un concepto básico que es informarnos el qué, quién, cómo, cuándo, dónde y por qué… pero a la hora de la práctica, cuando entramos a medios de comunicación, sobre todo digitales nos encontramos en un ecosistema gigantesco, porque claro, no solo están los medios grandes nacionales, sino que están los de nicho y los miles de medios chiquitos que puede que no conozcamos pero que a la hora de la hora, compiten a nuestro pesar por el clic.

¿Qué pasa entonces? Que en esta guerra por los clics pues hay que encontrar la forma de que las notas destaquen y el error más común es pues agregar detalles que realmente no abonan informativamente y que a veces no tienen perspectiva de género, un enfoque de derechos humanos, hay discursos de odio ocultos o son mero clicbait… o una combinación de todos estos factores.

Y si bien, en otras ocasiones he hablado aquí mismo sobre cubrir con dignidad las historias de víctimas, también quisiera enfatizar que al hablar de víctimas no solamente hablamos de quienes han sido asesinadas, sino en todas las personas que son violentadas desde otros lugares, tales como la discriminación de espacios públicos, la minimización de los reclamos de estos grupos y el enfoque con el que se cubre una noticia.

Porque no solo son los feminicidios, sino toda la gama de noticias diarias como la exclusión de Laura Glover de los baños de mujeres de la Cineteca, las olas de comentarios discriminatorios de legisladoras, una pelea en la Cámara de Diputados, sexualizar a candidatos y el dejar a un lado otros episodios graves de violencia como lo que ocurre en Michoacán, Chiapas, Jalisco, Baja California, Sonora y básicamente todo el país. Incluso en el cómo se hacen las coberturas mediáticas de divorcios de personajes de la farándula donde las mujeres son juzgadas desde los titulares en medio de los casos diarios de violencia vicaria nos dice mucho de la postura.

¿Por qué fomentar una mayor discriminación, odio o violencia hacia víctimas? Sería momento, nuevamente, de pensarlo y no abrirle la puerta a discursos anti derechos.

Mi mayor recomendación sería leer con respeto a quienes son atravesades por estos episodios de violencia. Y todo con perspectiva.

✍🏻
@FridaMendoza_

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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