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Por Mariana Castro Sordo, "la reina de la próstata"
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Llega un momento en la vida de muchas personas en donde el piso pélvico empieza a dar mucha, pero muuucha lata, y esto es por distintos motivos, ya sea por debilidad o por exceso de tensión, o bien por temas mucho más complejos, como prostatitis o cáncer en cualquier parte del abdomen bajo.

Esto afecta de forma indistinta tanto a hombres como a mujeres, y tienen gran impacto en la calidad de vida, pero hoy quisiera enfocarme en aquellos temas cuyo origen terminan siendo los malos hábitos que, generalmente son transmitidos dentro de las familias de generación en generación.

Desde tiempos ancestrales tenemos varias creencias que se nos han ido inculcando y que si le rascamos un poco tampoco nadie sabe dónde se originaron, ya que lo que se dice es: así me enseñó toda la vida mi mamá  o mi abuelita. Dentro de esas creencias o mitos tenemos:

1. Es malisisisimo aguantarse las ganas de ir a hacer pipi, lo cual ¡Claro que es verdad!

2. Lo que no nos dijeron es que es igual de malo aprovechar cada baño que tenemos cerca o bien cuando nos decían ve al baño que ya vamos a salir, y nos obligamos a orinar, aunque no teníamos ganas o acabáramos de ir, podría contribuir a que tengamos un piso pélvico con exceso de tensión que después puede causar estreñimiento y/o problemas para poder vaciar la vejiga completamente (que a su vez puede ser el origen de infecciones urinarias recurrentes) Además puede ser la causa de lo que llamamos incontinencia urinaria por rebosamiento, que consiste en perder la habilidad para sentir ganas de ir al baño, mientras que la vejiga se sigue llenando con el paso de las horas, hasta el punto de terminar en una sala de urgencias vaciando la vejiga por medio de una sonda. 

Por otro lado, el ir con mucha frecuencia a hacer pipi contribuye a la incontinencia por frecuencia, en donde las personas tienen que ir al baño hasta cada 15 minutos, aunque en la vejiga haya tan poca cantidad de orina (si la medimos sería como  medio caballito) ¡Imagínense qué pasa cuando nos encontramos con el tráfico cotidiano!

3. La orina es sucia o está contaminada ¡Falso! y si bien la orina está llena de desechos, estos son los sobrantes de elementos que nos comemos y que vamos a comernos al día siguiente, como son el calcio, sodio y potasio.

4. Los excusados de los baños públicos son de lo más sucio que existe ¡Falso!  Aunque muchas veces si están muy sucios, se dice que la parte más sucia de todo un baño público no es ni el retrete, ni el suelo, de forma sorprendente y no tanto, el lugar más sucio de todos es la manija de la puerta, ya que no sabemos los hábitos de higiene de todas las personas que la tocan y si, las heces fecales si están llenas de bacteria.

5. No debemos sentarnos sino adoptar una postura de “aguilita” para no tocarlo y así evitar todo tipo de infecciones ¡Falso! Esto hace que los músculos del piso pélvico no puedan relajarse lo suficiente para poder vaciar la vejiga completamente y tiene muchas veces como resultado, problemas de exceso de tensión o contracturas, llevándonos ya sea a un estreñimiento o a no poder vaciarla por completo y ser propensos a padecer infecciones urinarias, también favorece a que los músculos se debiliten, ya que para un músculo con exceso de tensión le es muy difícil poder contraerse bien.

La orina al igual que la sangre es estéril, y tiene también la misma temperatura que el cuerpo humano que en promedio es 36ºC, por lo mismo no tiene bacteria, pero si se queda estancada entonces es cuando se convierte en terreno fértil para que se llene de la misma, como con muchas cosas que comemos, por ejemplo el dejar un pan en la alacena mucho tiempo o bien un pedazo de queso que a la larga se llena de hongos, por lo cual es mucho más importante el lograr que los músculos puedan relajarse y la vejiga logre vaciarse por completo, así es que si tu mama o tu abuelita fueron muy insistentes con hacer pipi de “aguilita”, vale mucho más la pena limpiar la parte donde te vas a sentar e ir al baño de forma correcta. 

Así es que si algo quiero intentar transmitirte hoy es que dejemos de tener en nuestra vida este manojo de malos hábitos que nos acarrean problemas de piso pélvico y que pueden en su gran mayoría ser evitados y así mantener un piso pélvico sano. Y de preferencia cortar estos mitos y creencias y dejar de pasarlos a las siguientes generaciones. Y bueno, si ya estás dentro de algún problema causado por estos malos hábitos, sepas que todo esto puede ser tratado con gran éxito con terapia de piso pélvico.

Mejora tus hábitos y ve al baño a lo que se va y ¡Listo!


Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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