“Transaliendo” del clóset
México sigue siendo el segundo país de América Latina donde más personas trans son asesinadas.
Por Morganna Love
Hace pocos meses, conversaba con un amigo en mi natal estado de Guanajuato.
Yo le platicaba, muy satisfecha, sobre lo feliz que estaba por ver tanta esperanza, tantos colores, tanta libertad en nuestra gente cercana, con respecto a vivir nuestras vidas como siempre lo soñamos.
Me paró en seco.
“Morganna, tú estás rodeada de personas que viven libres siendo diversas sexualmente, pero necesitas regresar a tus orígenes.”
Y no hablaba solamente de mi ciudad natal, San Miguel de Allende.
México sigue siendo el segundo país de América Latina donde más personas trans son asesinadas.
El promedio de vida de una mujer trans mexicana, es de 35 años.
Lastimosamente, a veces convivimos tanto y solamente con nuestra Comunidad LGBTIQ+ y personas aliadas, que nos olvidamos que allá afuera de esta zona “segura”, en las comunidades rurales, en las familias de cualquier nivel socioeconómico, en las escuelas, en los trabajos, en los centros de salud, en las religiones, en todos lados, mucha gente prefiere reprimir su orientación sexual o su identidad de género, para salvar sus propias vidas.
Muchísima gente decide no “salir del clóset”, para preservar sus vidas, o su paz exterior.
Desafortunadamente, “salir del clóset” no es todavía igual de seguro para todas las personas.
Yo tenía 28 años cuando por fin pude decirlo a mi familia, a mi pareja, en mi escuela y en mi trabajo.
Estudiante del último año de la Licenciatura en Cantante de Ópera y Concierto, tuve mucha suerte en mi escuela y en mi trabajo. Una compañía de Ópera, cuyo director, el maestro Eduardo García Barrios, me dijo: “Mientras mantengas tu calidad vocal y tu talento y disciplina, yo no tengo ningún problema. Es más, si alguien tiene algún problema contigo, a quien corremos será a esa persona”.
Pero fue relativamente fácil para mí estando cobijada por una carrera en las Bellas Artes. No me quiero imaginar lo que será salir del clóset en una carrera militar, por ejemplo, o en una carrera deportiva, o en una ingeniería. ¿Estereotipos de machismo? Puede ser. Pero también hay bastante realismo.
En cuanto al tema amoroso respecta, mi pareja en ese entonces me brindó todo el amor incondicional que fue capaz, y nunca me dejó sola. Siempre reconoceré que si estoy viva y si he tenido esta carrera exitosa, ha sido por él. Ojalá que todas las parejas supieran amar tan increíble como lo hizo él, en ese entonces.
Con mis tres hermanos fue lo mismo. Me apoyaron totalmente. Salí del clóset con el mayor en la cena de Navidad. Le dije que ésa sería mi última cena en familia, porque sabía que me tenía qué alejar de ellos, por ser una mujer trans. Mi hermano mayor me apoyó desde el minuto uno, y me dijo que no me alejara. Que tenía qué hablar con mis hermanos menores y que seguramente me apoyarían. Así fue. Ellos sabían perfectamente que yo no era como ellos: “Te seguimos queriendo. ¡Ya sabíamos! Ahora eres nuestra hermana.”
Para mis papás fue un proceso muy doloroso. La falta de información y los prejuicios religiosos que tenían en ese entonces provocaron un rompimiento.
Me regresé llorando a Ciudad de México después de contarles que haría mi transición y tendría mi cirugía. Y después de escuchar que no estaban de acuerdo.
Después me enojé. Pero mi pareja en ese entonces me dijo: “¿Y tú cómo sabes que ellos no están llorando? Si tú ya tuviste tu tiempo para asimilar tu realidad y tu proceso, tus papás también tienen el derecho de tener el suyo. Tal vez después te acepten.”
Y así fue.
Afortunadamente, con el paso del tiempo, la cercanía y el amor incondicional, provocaron que después de algunos años, ahora estén orgullosos de su hija. Una mujer exitosa, pero más que eso… Una humana feliz.
Para mí, el amor hace eso. Mejores seres humanos.
Tengo la esperanza de que algún día, ya no sea necesario contarle a nadie sobre nuestra orientación sexual o nuestra identidad de género. Ojalá que pronto llegue el día en que solamente vivamos libremente el amor. A nosotros mismos… O a quien elijamos. Sin dar explicaciones. Y que, como dice el refrán… Que el clóset sea solo para la ropa.
Morganna Love. *Cantante, actriz, escritora, activista, nacida en San Miguel de Allende Guanajuato. Egresada de la Licenciatura en Cantante de ópera y Concierto del Conservatorio Nacional de Música de la Ciudad de México. Como mujer trans, es defensora de los derechos de la comunidad a través de su voz y arte. Nombrada en 2019 y 2020 como una de las 100 mujeres Mexicanas más poderosas por la revista Forbes, además en 2022 fue nombrada por L'oréal Paris como una de las 60 mujeres que mueven a México.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
Más de 150 opiniones a través de 100 columnistas te esperan por menos de un libro al mes.
Comments ()