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Por Nurit Martínez

Una de las incertidumbres en la siguiente administración de la primera mujer presidenta de México es conocer su gabinete, si habrá también sobrerrepresentación de mujeres en el primer círculo y si ello significa una 'mirada de mujer' en todas las políticas públicas. Hasta ahora en la baraja de nombres del primer círculo aparecen más hombres que mujeres si se trata de quién habrá de tomar los desafíos de la Secretaría de Educación Pública (SEP).

Juan Ramón de la Fuente, Rosaura Ruiz y Marcelo Ebrard son los tres nombres fuertes, cercanos a la presidenta electa Claudia Sheinbaum, que en el acomodo de las designaciones se mencionan para ocupar una de las secretarías con el mayor presupuesto en todo el gobierno, con los mayores retos después de lo ocurrido con programas cancelados o disminuidos como Escuelas de Tiempo Completo, entre otros, y con el impacto de la pandemia en todos los niveles.

La complejidad de conducir a la SEP es mayor si consideramos la activa participación política del magisterio, sus luchas intestinas dentro del sindicato oficial y en la disidencia, más ahora que esté último grupo se volvió el favorito y el beneficiado de la Cuarta Transformación.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.