Grupo veinte mujeres y un hombre… (parte II)*

El Grupo de las Veinte siempre tuvo el mismo fin: dejar historia escrita de lo que la mujer periodista pudo y logró.

Grupo veinte mujeres y un hombre… (parte II)*
Claudia Pérez Atamoros

“...son MUJERES, así con mayúsculas,

que entregan sin regateos su talento,

su femineidad y seguramente su amor

y para decirlo pronto y claro con lenguaje

‘galindesco’, son todas, ¡a toda madre…!,

y sé que son mis amigas”.

Francisco Galindo Ochoa

Octubre 4, 1967

Hylda Pino Desandoval supo siempre que Veinte mujeres y un hombre iba a dejar huella. La historia quedó documentada en la prensa nacional de antaño y en los textos que ella misma realizó, sin perder detalle, de cada uno de los desayunos; también, integró a las entrevistas de las Veinte, sus propias charlas periodísticas realizadas a nombre de ellas cuando le aceptaban la invitación a platicar a ella, mas no así con el grupo, y sumó además a la historia documental de Veinte mujeres y un hombre los trabajos reporteriles que ella realizó por cuenta propia —incluso antes de la fundación del grupo—, pero siempre con el mismo fin: dejar historia escrita de lo que la mujer periodista pudo y logró.

De aquel primero realizado el 4 de octubre de 1967, con Francisco Galindo Ochoa, director de Difusión y Relaciones Públicas del presidente Gustavo Díaz Ordaz, la crónica de Pino Desandoval apuntó una declaración muy reveladora, tanto como el haberlas llamado “amigas”.

“Yo les he dicho a algunos representantes de órganos periodísticos que llegan a mi oficina en demanda de publicidad que el jefe del Estado no necesita publicidad, que él genera noticias y que éstas, en concepto de los solicitantes, pueden darse a conocer o tirarlas a la basura…”.

Hoy la historia nos dice que fue, justamente, en el sexenio del Chango Díaz Ordaz que se instituyó Doña Rosario, el Chayo, el chayito, el chayote, el famoso embute que no era otra cosa sino la compra de la pluma para que hablara solo bien del gobierno; aunque en realidad no era algo nuevo, sí lo era el pagar de manera generalizada a los reporteros de las fuentes para dicho fin.

Aquel primer grupo de plumas reporteriles estuvo integrado por las periodistas de Excélsior, Ana Cecilia Treviño, Bambi (quien fuera esposa primera de Alfredo Gironella y luego de Mathias Goeritz), Guadalupe Apendini (quien se casó con Gabriel Vargas, el de La familia Burrón, en la recta final de la vida de él), María Idalia, actriz y reportera, casada con el director y actor Lorenzo de Rodas; Helen Krauze, de Novedades, madre de Enrique; Úrsula Bernath, fotógrafa corresponsal alemana independiente; Julieta Ancona, Ada Crespo, Rosa María Campos, reportera de Televisa; Bessie Galbraith, corresponsal estadounidense; Laura García, Ada Hernández, Margarita Michelena, de la revista Respuesta y luego fundadora del primer diario escrito totalmente por mujeres, Cuestión; Martha Marín, María Eugenia, Kena, Moreno, entonces fundadora de la revista Kena; Paz Muñoz, Ida Novi, Mariela Peragallo, Tere Weiser, Teresa Ponce, Rosario Sansores, Margarita Ponce, Laura García, Marlise Simons, Rosario Castellanos, Luz Zapata, Conchita Solana, Hylda Pino y Yolanda Cabello, quien conserva recuerdos y documentos. Otros nombres se integrarían en otros momentos. Algunas abandonaron y otras fallecieron al poco tiempo. Intentaré consignarlas a todas.

Díaz Ordaz jamás aceptó un desayuno con las Veinte…

El entonces presidente de México reconocía a los periodistas que gozaban de una libertad de expresión suficiente para hacer su trabajo y para servir de censores de la opinión pública siempre y cuando —el condicionante siempre presente— este ejercicio (que llamaron “libertad responsable”) fuera acorde con las necesidades del país, con lo cual todo se reducía a que la prensa debería servir a los intereses oficiales para asegurarse el sostenimiento de los beneficios gubernamentales, como el subsidio al papel por medio de PIPSA”.

A los periodistas que cumplen con lealtad su labor, con responsabilidad su noble profesión; no los que callan indebidamente, desinforman o deforman; no los que hacen de la labor informativa o formativa una tarea de escándalo ilegítimo, de morbosa explotación de los sentimientos bajos o de imprudencia riesgosa que daña sin derecho el orden público o los intereses de terceros”. (Cualquier parecido con la realidad es pura causalidad).

Gustavo Díaz Ordaz, 7 de julio de 1968.

Ya como expresidente, en 1977, siendo embajador de México en España, recibió a Rosa María Campos e Hylda Pino, a quienes confesó: “Hace unos días prendí el televisor y empecé a ver el programa de ustedes, ¡qué barbaridad, pobre hombre… (en 1973  Canal 13, órgano oficial del gobierno, dio espacio semanal al grupo) Estaba asustado… Apagué el televisor porque no me gusta ver sufrir a la gente”.

Cínico contumaz.

–¿Quién era? –preguntaron al unísono Pino y Campos, intrigadas.

Estruendosa carcajada por respuesta. Seguido de un “eso sí no se los voy a decir”.

–Yo les brindo un cafecito sin entrevista, conversamos amablemente como ahora, de dos en dos, o tres, pero 20, ¡ni lo mande Dios!

Y sí, nunca lo mandó.

@perezata
*Veinte mujeres y un hombre nació el 4 de octubre de 1967. Lo conformaron periodistas de los principales diarios nacionales como Excélsior, El Universal, Novedades, El Sol de México, El Heraldo; corresponsales extranjeras, fotógrafas. Fueron encabezadas por Hylda Pino Desandoval, ecuatoriana de nacimiento y naturalizada mexicana. El Grupo comenzó publicando sus notas en las páginas de sociales y años más tarde, en las primeras planas de los diarios. Estuvo activo veintiún años y 7 meses (oct 1967-mayo 1989). Recibió reconocimientos nacionales y extranjeros. Entrevistaron a personajes de todos los ámbitos del quehacer mundial como Siqueiros, Salvador Allende, Cantinflas, Torres Bodet, Reyes Heroles, Tamayo, Jackie Stuart, Soberón Acevedo, Damaso Alonso, Gral Omar Torrijos…

*Esta es la segunda entrega de “Grupo veinte mujeres y un hombre” escrito por Claudia Pérez Atamoros. Lee la primera columna: Grupo veinte mujeres y un hombre.


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