Las vallas como un símbolo de cada cuerpo encontrado

Las calles se han convertido en un espejo de lo poco o nada que las autoridades hacen en materia de seguridad para las mujeres.

Las vallas como un símbolo de cada cuerpo encontrado

Por Laura Garza*

Últimamente se ha vuelto muy fácil detectar la cobardía de quien no asume su responsabilidad o de quien no se hace cargo de lo que le le corresponde.

Las calles se han convertido en un espejo de lo poco o nada que las autoridades hacen en materia de seguridad para las mujeres.

El concreto es un fiel testigo del acoso, de las agresiones y hasta de la brutalidad por parte de los agresores que abandonan los cuerpos de sus víctimas sobre él.

Nuestro país nos ha dejado al olvido o a la mala suerte. Nos gritan, nos acosan, nos tocan, nos golpean, nos roban, nos levantan, nos matan y nos tiran donde quiera sin que pase nada.

El año pasado se registraron mil 4 feminicidios y en este 2022 ya van más de 70 víctimas, principalmente en el Estado de México, en la capital, en Oaxaca, Veracruz y Nuevo León.

Nos llenamos de números y de sangre, y nos vaciamos cada vez que escuchamos un caso más.

Viene el 8 de marzo y lo único que se les ocurre es evidenciar con mayor intensidad su cobardía y cercar con vallas metálicas monumentos y edificios.

Fui a fotografiar las barreras de más de dos metros que están colocadas sobre Reforma, esa avenida que nos ha visto caminar a casi todas las mujeres que hemos venido de turistas y nos hemos vuelto chilangas.

Desde que anunciaron que cercarían los edificios y monumentos previamente a la marcha del 8M no puede quitarme de la cabeza que cada valla simula la plancha en donde colocan el cuerpo inerte de esa mujer que terminó muerta porque nadie la escuchó y nadie le ayudó.

Fui a ellas para acercarme tanto que pudiera tocarlas, sentir su temperatura fría a pesar del calor, su dureza y suciedad. Ellos piensan que con eso callan el dolor y el enfurecimiento colectivo, pero en realidad sólo nos provocan más.

La imagen como el recordatorio de una plancha metálica en donde han estado tendidas miles de mujeres ya sin vida, victimizadas y olvidadas.

Su cobardía queda evidenciada al proteger un palacio o un muro, y de eso no se trata.

Se trata de que se abran las puertas y ventanas para que escuchen el llanto de quienes han perdido a su madre, a su hija, a su hermana, a su amiga y a ellas mismas.

Las vallas como un símbolo de cada cuerpo encontrado.

TW @lauragarza | IG @lauragarzag | Web: www.lauragarza.com

*Laura Garza, fotógrafa desde hace 21 años; se ha especializado en retrato, documental y en el mundo editorial. Se ha desenvuelto como editora de fotografía en distintos medios nacionales y de la Presidencia de la República. Es columnista sobre fotografía y análisis de imagen política en lopezdoriga.com, actualmente dirige la Consultoría en Comunicación EnBlanco.digital


Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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