
Qué pena ser feminista (y otras cosas que hoy agradezco)
Mi vergüenza no era mía, sino heredada.
Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.