Por Rosanety Barrios
Durante el sexenio pasado, la política ambiental de México se mantuvo alejada de los principios de combate al cambio climático, las mediciones serias y las metodologías científicas. El enfoque energético se centró primero en obligar a la CFE a quemar el combustóleo que Pemex y luego en la construcción de una refinería que no parece terminar de arrancar nunca, esto es, asumiendo que construir refinerías es una decisión alineada a una política climática seria. A estos ejemplos, hay que sumar la destrucción de la selva maya.
Pero la semana pasada la Secretaria de Medio Ambiente, la doctora Alicia Bárcena, acudió a la COP 30 celebrada en Belém de Pará, en Brasil a presentar los nuevos compromisos (Contribuciones Determinadas a Nivel Nacional o NDC por sus siglas en inglés), en materia de reducción de emisiones.
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