Por Saiph Savage
En el panteón hubo fiesta, la huesuda carcajeaba,
porque al ver la lista nueva, ni una autora se encontraba.
Sor Juana salió del claustro con la pluma por espada:
“¿Qué es esto de solo hombres? ¡Qué ofensa tan descarada!”
Rosario Castellanos dijo: “¡Seguro fue distracción!
Olvidaron nuestras letras, mas no nuestra rebelión.”
Amparo Dávila, entre risas, lanzó un cuento retorcido:
“Si en la lista no me ponen, será porque les he dado miedo.”
Elena Garro reclamaba desde el fondo del panteón:
“Sin mujeres en la lista, no hay magia ni corazón.”
Y la Catrina, divertida, alzó copas con mezcal:
“Exijamos listas justas, ¡que haya equilibrio total!
Pues sin letras femeninas, no hay calaca que aguante,
ni lector que sobreviva al catálogo andante.”
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.

Comments ()