Document

Por Sandra Romandía

Sabia virtud de conocer el tiempo, diría Renato Leduc.

Y sí: los minutos, los segundos, juegan siempre un papel crucial, como fichas de un ensamble en donde la secuencia de los movimientos y las decisiones es fundamental para vivir o morir.

Esto no ocurrió frente a la amenaza que representaba el huracán Otis, ni después, frente a la desgracia que ocasionó.

El Centro Nacional de Huracanes de Estados Unidos alertó desde las seis de la tarde, hora de México, que Otis impactaría con categoría cinco.

Si cuatro horas antes se tenía información sobre su potencial destructivo, ¿por qué en ese momento no salieron los batallones del ejército más cercanos para tomar providencias? ¿Por qué no se tomaron medidas ante lo que seguro serían miles y miles de damnificados?

¿Por qué nunca se ha considerado dejar de depender de Estados Unidos para poder lidiar directamente con este tipo de riesgos?

Recorrí bajo la lluvia y luego bajo el fuerte sol distintas colonias del Acapulco destrozado. Vi casas sin techo, tiendas saqueadas, señoras llorando por no saber el paradero de sus hijos, hordas de gente en busca de agua o desesperada por no tener dónde comprar un bocado, y por la incertidumbre sobre qué podrían comer después.

Durante al menos 30 horas, no apareció ni un contingente de la Guardia Nacional, de fuerzas armadas, o policía estatal para dar apoyo.

Era como si estuviéramos olvidados por el mundo, y como nadie tenía señal, no teníamos idea precisa de lo que ocurría en la habitación contigua, en la calle de al lado, en el puerto, y mucho menos de lo que sobrevendría.

Los segundos, los minutos, son aliados o enemigos según nuestra actuación y decisiones frente a ellos.

Esta vez no jugaron a nuestro favor, porque aquellos a quienes pagamos para que tomen las decisiones colectivas a tiempo, y para que salvaguarden nuestra integridad, estaban ocupados en presumir la popularidad, en hacer pactos políticos, en hablar de otros datos.

Aclaremos tiempos para ver cómo sí se pudo prevenir y actuar con eficacia: 

 🚨- 7 am, martes: la gobernadora @EvelynSalgadoP dijo que podría convertirse en huracán 

🚨- 1 pm: publicó que sería un huracán 

🚨- 6 Pm: Meteorológico de USA (hora 7 Pm Caribe) anunció el terrible impacto que sería pues ya se sabía que impactaría como categoría 5 la noche del martes o primeras horas del miércoles y sería desastroso

🚨- 6:52 Pm: @US_Stormwatch alertó de lo devastador e histórico que sería #Otis, ninguna autoridad mexicana lo hizo. 

🚨- 8 Pm: @lopezobrador_ a pesar de esa info de EU, dice que sería a las 4 am cuando tocaría tierra y no ordena un paro total de actividades 

🚨- 10 Pm: todo Acapulco seguía normal, comercios abiertos, restaurantes; NO ORDENARON EL CIERRE Y RESGUARDO DE LA POBLACIÓN 

🚨- 00:15: Tal y como previó el Meteorológico de EU #Otis tocó tierra y nos tomó a todos por sorpresa; que lo esperábamos a las 4/5 am. 

¿Hubiera sido distinto avisar con tiempo cuando EU alertó? Los convoyes de militares hubieran estado ahí y #Acapulco no se hubiera convertido en una ciudad sin ley. 

La gente no habría estado en las calles; hubiesen intentado proteger  sus casas, hacerse mochilas de emergencia, reunirse con sus familiares, buscar refugios seguros y evitar el shock emocional, lesiones físicas y muertes.

Esta omisión fue un crimen.

¿Qué se puede esperar de un poder público que minimiza la tragedia afirmando horas después de la tragedia que 27 no fueron tantos muertos?

Hoy vivimos una desgracia y un Acapulco en caos, una tragedia que alimenta la incertidumbre del país entero.

*Texto publicado originalmente en el portal www.emeequis.com
audio-thumbnail
🎧 Audiocolumna
0:00
/243.96
✍🏻
@Sandra_Romandia

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.