Por Sofía Guadarrama
El ex Diputado del PRI del Congreso del Estado de Oaxaca, ex presidente municipal de Silacayoapan y empresario gasolinero, Juan Antonio Vera Carrizal, acusado como autor intelectual en el intento de feminicidio de la saxofonista María Elena Ríos Ortiz, fue absuelto y liberado en un juicio por Zoom que duró 20 minutos, a cargo del Juez José Gabriel Ramírez Montaño.
También fueron absueltos los autores materiales Rubicel Hernández Ríos y Rubén Loaeza Charrez.
María Elena Ríos compartió en su cuenta de X el video que muestra el instante en el que el juez José Gabriel Ramírez Montaño leía la sentencia y declaraba inocente a Juan Antonio Vera Carrizal, acusado como autor intelectual del ataque con ácido a María Elena Ríos el 10 de septiembre de 2019.
“Este tribunal considera que la representación social con las pruebas aportadas no logró destruir la presunción de inocencia que tienen los acusados y como consecuencia de ello he resuelto absolver a Rubicel Hernández Ríos, Juan Antonio Vera Carrizal y Rubén Loaeza Charrez de la acusación que en su contra formuló la agente del Ministerio Público por el delito de feminicidio en grado de tentativa que se dijo cometido en agravio de la persona de identidad reservada con las iniciales M. E. R. O. En consecuencia, queda en inmediata libertad y desde luego se deja sin efecto la medida cautelar de prisión preventiva”, dijo el juez José Gabriel Ramírez Montaño.
De acuerdo con María Elena Ríos Ortiz, este ataque ocurrió después de que finalizó su relación sentimental con el hijo de Vera Carrizal, Juan Antonio Vera Hernández. A pesar de que la Fiscalía de Oaxaca ha ofrecido una recompensa de un millón de pesos por información que ayude a dar con el paradero de Vera Hernández, éste sigue prófugo de la justicia.
“20 minutos le tomó a este juez corrupto #JoséGabrielRamírezMontaño, la resolución. Esto es #Oaxaca, esto es #México, esta es la impunidad que viven las mujeres en luchamos por justicia”, escribió María Elena.
De acuerdo con la Fundación Carmen Sánchez “Los ataques con ácido u otras sustancias corrosivas hacia mujeres son una de las formas de violencia más visibles y extremas que existen en México, tan solo por debajo del feminicidio”.
De acuerdo con Acid Survivors Trust International (ASTI), anualmente hay alrededor de 2 400 casos de agresiones con ácido.
“El Reino Unido tiene ahora el mayor número de ataques registrados en el mundo. Los ataques con ácido alcanzaron su punto máximo en 2017, con 941 casos registrados. Luego, las cifras disminuyeron constantemente hasta llegar a 421 en 2021.Sin embargo, en 2022 se denunciaron 710 casos a la policía. Los ataques con ácido en el Reino Unido han estado históricamente vinculados con la violencia de pandillas, siendo la mayoría de las víctimas hombres, pero ahora la tendencia se ha invertido: el número de víctimas femeninas supera a las masculinas por primera vez. Esto indica un aumento de la violencia contra las mujeres y las niñas”(ASTI).
En México, desafortunadamente no hay un registro claro porque no se hacen denuncias. El diario El País, publicó que en 2022 la Secretaría de Salud registró 47 ataques con ácido a mujeres.
Marcela Fuente Castillo, integrante del Congreso de la Ciudad de México reveló que en la Ciudad de México existen identificadas 39 sobrevivientes, pero que “no se tiene un registro por parte del estado de cuantas sobrevivientes o víctimas de violencia ácida tenemos”.
Con demasiada frecuencia se trata de un delito que no se denuncia ya que las víctimas temen sufrir represalias.
Los ataques con ácido son una de las formas de violencia más brutales contra mujeres y niñas que dejan consecuencias devastadoras de por vida: desfiguración, dolor y complicaciones médicas. Hay que agregar que las víctimas deben someterse a constantes cirugías y terapias de rehabilitación de por vida, sin contar el destierro económico y social que sufren.
No puedo ni imaginar el infierno por el que María Elena ha tenido que pasar desde 2019; primero por el ataque, luego por la recuperación, los tratamientos psicológicos, el desgaste emocional, todo el proceso legal, el temor a las represalias y, finalmente, este duro golpe por parte del Poder Judicial.
María Elena, es muy difícil escribirte estas palabras sin que se me salgan las lágrimas. Intento imaginar tus noches de desolación y se me desmorona el corazón. Vivimos en un país en el que abunda la maldad y la indiferencia. A veces creo que México está podrido o maldito. Me pregunto hasta cuándo sufriremos estesuplicio. ¿Cuántas generaciones más tendrán que pasar para que en este país se aplique la ley como debe ser? ¿Cuántas mujeres más deben sufrir lo mismo que tú para que México despierte? ¿Cuántas mujeres más? La respuesta es ninguna. Ninguna mujer debería ser víctima de ataque con ácido o con cualquier otra forma. Ni una mujer más debería morir por violencia. Ni una más. Pero una gran mayoría de mexicanos no despierta. Están ausentes.
A veces me gana la tristeza y siento que ya no hay esperanza. Quisiera gritar, salir a las calles y romper todo, pero eso tampoco le ha servido a quienes salen a reclamar con palos y piedras; por el contrario, ha sido contraproducente y sólo abona al discurso de odio hacia las mujeres y las feministas.
La única manera correcta y eficaz es y será siempre por la vía legal. Así lo demostró la noche del 14 de agosto la jueza del Tribunal de Enjuiciamiento del Circuito Judicial de la Mixteca, María Antonia Esteva Domínguez, quien revocó la liberación de Vera Carrizal, Hernández Ríos y Loaeza Charrez y anuló el fallo absolutorio emitido esa mañana.
La jueza María Antonia Esteva Domínguez envió un mensaje contundente y esperanzador: María Elena no está sola.
María Elena, estamos contigo.
Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.
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