Por Sofía Guadarrama Collado
Ayer el hombre que convirtió la vulgaridad en estandarte político y que ahora se presenta como apóstol de la lectura, Paco Ignacio Taibo II —el mismo que en 1997 gritó «No vamos a andar de putos» cuando Cuauhtémoc Cárdenas ganó la Jefatura de Gobierno del DF, y que celebró el triunfo de AMLO con la frase fálica de sexo anal, no como placer mutuo sino como manifestación de poder «se las metimos doblada»—, el director del Fondo de Cultura Económica se presentó en la conferencia de propaganda conocida como «La mañanera del pueblo», para presentar su proyecto al que llamó «Colección 25 para el 25». Según sus palabras «la operación más grande a nivel universal de fomento a la lectura», en la que se pretenden regalar 2.5 millones de libros «de la generación del Boom latinoamericano» para adolescentes de 15 «a 30 años» en 14 países.
Comenzando por el rango de edades, el proyecto pierde impulso. ¿Jóvenes de 30 años? ¿Libros dirigidos para chavorrucos? El rango etario parece más una concesión nostálgica que una estrategia editorial. Taibo se pregunta por qué los jóvenes no están leyendo (¿a sus autores favoritos?, parece indicar).
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