Document
Por Susana Moscatel

Hablando del Día Internacional de Lucha en Contra de la Violencia a la Mujer, decenas de temas pasaron por mi cabeza. Hay tantas historias que no se han contado, tantas que sí y que simplemente acaban con el ciclo noticioso. Así que hice una pausa, pensando que podría aportar al tema. De pronto se me ocurrió revisar los diversos textos que he escrito en las últimas dos semanas. Solo dos semanas. Y me di cuenta que el tema sigue manchándolo todo. La violencia es preponderante, pero el deseo de hacerla de menos pareciera aún superior. Así que primero les dejo estas tres premisas para que no se preocupen por lo que no es.

A) No. No vamos a matar a la comedia

B) No. El pleito no es contra el balón pie

C) No. No solo hay una forma de combatir la agresión sexual.

A) La comedia – una cosa es el humor negro y otra cosa es el no distinguir donde esta el chiste. No queremos matar a la comedia, queremos que personas como Platanito no puedan lucrar con una tragedia como la de Debanhi sin que se le explique, una y otra vez, porque normalizar el feminicidio es ser cómplice de la realidad que lo fomenta. Las palabras importan. Y las disculpas se agotan.

Después de que el video del payaso se volviera viral y el hombre que lo interpreta declarara que tenía miedo de ir a la cárcel diciendo “yo no la maté”. Tiene razón, los que deben estar en la cárcel son otros. Pero el señor no entendió nunca que al buscar una risa barata se pone del lado negro de la historia. La cultura de la cancelación extrema es otro tema. Yo no me siento “ofendida”, me siento “devastada” por lo que escuché. La de la normalizacion del asesinato solo ayuda al proceso de polarización y a que discutamos las cosas incorrectas. En lo personal, amo el humor negro. Pero no el humor victimario. Hay un mundo de la diferencia.

B) El balón – Iba a escribir en este espacio lo valiente que me pareció que Kabbah diera a conocer por qué no irían a Qatar tras analizar bien la situación de los derechos humanos. De la homofobia, el maltrato a los trabajadores inmigrantes y particularmente en este texto a las mujeres. Afortunadamente Federica, integrante del grupo se me adelantó con una gran columna invitada que deja muy claro que hay cosas más importantes que la euforia, la fiesta y el negocio. También comprendo que el mundial es una enorme alegría para millones de personas que lo necesitan. Pero tras saber los hechos, las historias de quienes casi trabajaron en esclavitud para construir esos estadios y la situacion de las mujeres que nos son especificamente turistas para esta ocasión, mis respetos a quien pueda ver más allá del placer inmediato y masivo y decir simplemente ¡No! Creanme que no es contra el balón. Es contra la violencia y la corrupción que cega a millones.

C) La denuncia – Después de ver la extraordinaria película de Karla Souza llamada “La Caída” en Amazon Prime y el haber podido hablar largo y tendido con ella, me quedé con una sensación de la más profunda admiración a una mujer quien logró convertir experiencias terribles, de agresión sexual y luego de agresión mediatica, en arte y conciencia. Mi amiga Linda Cruz ya escribió un texto hermoso al respecto aquí en Opinión 51, no se lo pierdan. Pero yo me quedó con esto: los medios, incluso los bien intencionados, lo hicimos del carajo en su momento. Cuando empezó el movimiento MeToo vimos que tan lejos estamos de poder manejar una voz que se alza para detener abusos. Se le cuestionó todo a Karla. Se le agredió. Se le exigió. Hablar con ella hoy sobre la película de las clavadistas mexicanas que vivieron algo similar años atrás es poder sanar con ella. A través de su resiliencia, talento y claridad. La película no es su historia. Pero sí habla de un sistema de abusos del cual muchas hemos sentido sobre nuestros hombros, corazones y supervivencia. Karla no entró a una discusión estúpida sobre lo que debió haber hecho hace ya casi cinco años. Hizo una gran película que capturó todo lo que un titular tramposo no entendía. Con el arte combatió la violencia. No podría estar más admirada de ella y pretendo, de la mejor manera que pueda, seguir su ejemplo.

Como les decía, hay tantas historias que contar, y me parece que tenemos que empezar a hacerlo de esa manera. Nos esta fallando el periodismo rápido, el inmediato, el que busca polemizar a cambio de tráfico, clicks o ratings. Contraponiendo esto a la histórica batalla de que NO hay que respetar los “usos y costumbres” que por definición nos violentan, hay muchísimo que debemos hacer, día con día y en la narrativa de nuestra, como platicamos con Alejandro G. Iñarritu, “verdad emocional”.

@SusanaMoscatel

¿Te gustó lo que leíste? 😁 Deja una propina y apoya al periodismo independiente.


Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


Más de 150 opiniones a través de 100 columnistas te esperan por menos de un libro al mes. Suscríbete a Opinión 51.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.