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Por Yolanda Morales
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Hay ciudades que muestran sus heridas abiertas, hoy Tijuana es una de ellas.

A lo lejos se ve la escena. La calle que muestra sus entrañas. Primero, una grieta, luego otra y después otra.

Era domingo, Rubby había salido de su departamento ubicado en el primer piso del edificio, construido hace más de 20 años, en la Privada Tarahumara del fraccionamiento La Sierra en Tijuana.

Rubby, una joven tijuanense propietaria de un Colectivo, hace 7 días salió a trabajar muy temprano y cuando regresó ya había perdido su casa, su ropa, sus pertenencias, sus papeles quedaron dentro del departamento que compartía con su esposo y por el cual pagaba una renta de 450 dólares al mes.

A ella la pude entrevistar en su lugar de trabajo, joven y convencida de que se uniría con algunos vecinos para demandar a la presunta propietaria del edificio, que construyó en una zona de riesgo; ese día, relata Rubby, su esposo le llamó y le dijo que ya no regresara a casa porque había grietas en el suelo y el edificio tronaba;  esa noche Rubby y su esposo, se fueron a dormir con un familiar…Esta es sólo una historia de las que sucedieron al ser desalojados los vecinos de los departamentos que se ubican en el fraccionamiento La Sierra y que, en los últimos días, han sido noticia a nivel nacional, Tijuana una vez más.

Otra de las historias la vive Maximiliano, un joven estudiante de Medicina en la Universidad Xochicalco; él cuenta que compartía el hogar con una de sus tías que padece cáncer de mama, a ellos les avisaron la madrugada del lunes que tenían que desalojar ante el riesgo inminente de un colapso.

Todo fue muy rápido, me dice Max: sólo ayudé a mi tía a salir rápidamente, busqué a mis gatos, pero Carmen Campuzano se quedó dentro, Carmen Campuzano es una de sus gatas, este sábado Abogados Animalista de México acudieron a la zona de emergencia con el objetivo de buscar y rescatar animales que estuvieran dentro del área acordonada.

Días de frío, de lluvia, de sol, guardias de mis compañeros reporteros, fotógrafos, elementos de Protección Civil, Bomberos, una vialidad cerrada al paso, los tijuanenses observando en redes sociales cuánto tiempo toma que un edificio colapse, cayó el primero por la tarde del sábado, el otro tendrá que ser demolido, mientras las más de 15 familias, que han sido desalojadas de sus casas, están sin sus pertenencias; la última de las vecinas que acudió al lugar salió con las cenizas de su hermana, fallecida en los últimos meses del año pasado, una tristeza y desazón mientras salía con esa caja; la calle con las grietas abiertas, ella con las lágrimas en los ojos, me dijo: No podía dejarla adentro, tengo que llevármela.Como si al cargar las cenizas de su hermana se salvara ella un poco.

Tijuana nos da todo, pero también nos quita todo, me dicen los vecinos. A 7 días del inicio de esta tragedia, las heridas siguen ahí, más grandes y más abiertas, en una calle que no volverá a ser la misma.

Mientras tanto ojalá esta desgracia que ha dejado en la calle a las familias que ocupaban esos departamentos, sirva para desempolvar ese Atlas de riesgo que no se actualiza desde hace nueve años; que la carpeta que ha abierto la Fiscalía para fincar responsabilidades no sea un documento más que  venga a ocupar cajones.

¿Será iluso esperar que se castigue a los responsables? Las autoridades tienen la palabra…mientras tanto hoy por hoy las familias afectadas se están rascando con sus propias uñas y acogidas por la generosidad de sus parientes.

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@moralesyo

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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