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Por Diana J. Torres

Pues ya está acá de nuevo la temporada de caza arcoíris y todos los ayuntamientos e instituciones se llenan de banderitas, y a todo el mundo en general les entran muchísimas ganas de darles lugar y presencia a quienes no somos heterosexuales y a quienes sistemáticamente ignoran el resto del año. Yo la verdad sinceramente asumí hace ya bastante tiempo que lo mejor que puedo hacer es ponerme en modo “salvapantallas” e ignorar un poco todo lo que sucede a mi alrededor. Y ¡ojo! no es porque no sea el día del “orgullo” (sí, antes solo era un día) una fecha importante en mi vida, de hecho lo es y mucho pues de alguna manera considero que se trata de reconocer que gracias a muchas personas que vinieron antes es que yo adquirí ciertos derechos y libertades como mujer lesbiana que de otro modo no tendría. También es relevante desde mi punto de vista recordar a las víctimas de la homolesbotransfobia que justo por las violencias que el sistema heteropatriarcal generó perdieron sus vidas (y las siguen perdiendo, en cualquier temporada y cualquier mes).

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.