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Por Edelmira Cárdenas

Hay veces en que convertimos la rutina sexual en una tradición en la que versa más el azar y la “buena ventura” de los acontecimientos que la conciencia real de sentir el deseo y quererlo consumar sin más ni más. Para algunos esto será excelente: -tenemos sexo cuando podemos, no cuando queremos-, me dirán. Pero qué hay de aquellas parejas a las que les suele suceder que pareciera son expertos en estar en desacuerdo para poder tener sexo, o él quiere y tú no, o tú quieres pero ahora tu pareja no tiene ganas. Daría la sensación que la “tradición” del azar fuera asimilada más como una imposición sentenciosa del destino que una ruleta excitante de la suerte erótica. Y ahora sí que viene la pregunta del millón: ¿y cómo nos ponemos de acuerdo?

Si la cosa es que haya equilibrio y armonía a la hora del placer sexual entre dos, lo primero es el diálogo ¿qué nos está sucediendo? En pocas palabras sería: si existe o creen que pueda haber un problema en la relación, el primer paso es identificarlo para después decidir cómo abordarlo. Un buen punto es saber que el problema normalmente nunca será el sexo, aunque así nos parezca. Los “problemas sexuales” sólo son manifestación de un problema más profundo y verdadero (en la gran mayoría de los casos).

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.