Document

Por Cecily Fasanella

Las elecciones presidenciales de 2024 se acercan en México y los Estados Unidos. Las y los candidatos principales de ambos países ya han discutido varios temas claves para la relación bilateral, incluyendo el comercio, la seguridad y la migración. Sin embargo, hay un tema que afecta a los ciudadanos y las empresas de los dos países, especialmente a aquellos que están ubicados a lo largo de la frontera, que aún no han abordado de manera integral: la política bilateral del agua.

Durante 80 años, el Tratado de Aguas Internacionales de 1944 entre México y los EU ha regido la transferencia de agua entre dos ríos compartidos, el Colorado y el Río Bravo. Cada cinco años, la Comisión Internacional de Límites y Aguas entre México y Estados Unidos (CILA), una organización binacional de comisionados, ingenieros, asesores legales y secretarios de relaciones exteriores, supervisa la transferencia de miles de millones de metros cúbicos de agua. Si bien, muchas transferencias han sido predecibles y rutinarias, el cambio climático y aumento de las sequías han puesto en tensión el acuerdo.

El ciclo actual termina en 2025. Es hora de abordar seriamente la política binacional del agua y su gestión a largo plazo.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.