Por y para las nuevas generaciones

Que las generaciones que vienen no tengan que pasar por todo lo que nosotras, que su única preocupación sea jugar futbol.

Por y para las nuevas generaciones
Por Michelle Hernández

Mi nombre es Michelle Hernández. Comencé mi vida en el futbol americano equipado  femenil a los 19 años. Mi primer equipo fue Burros Blancos femenil (2013) en primera  división de FXF, en la posición de RB. En ese entonces jugar un deporte “tan rudo y para niños” era un cliché latente, pues éramos tachadas como “machorras o mujeres demasiado toscas”. Cuando comencé a jugar era un mundo muy pequeño, no había más de 15 equipos en la liga de la Ciudad de México; todos los equipos nos reuníamos los sábados o domingos por la mañana en una sola sede y se jugaban todos los juegos ahí; era un mundo muy pequeño.

Con el paso del tiempo, el futbol americano femenil ha ido tomando fuerza; han sido  años de esfuerzo. En un comienzo, el femenil era solamente modalidad arena, es decir, ocho contra ocho. Mi segundo equipo fue en el 2014, en Wild Ducks femenil de primera división en FXF como FB y LB. Llegué buscando aprender realmente de personas que tenían la experiencia para enseñarme, ya que en mi equipo anterior las personas a cargo no tenían el conocimiento suficiente y estábamos expuestas a lesiones por falta de  profesionalismo.

En esa temporada crucé por mi primera lesión: distensión de ligamento cruzado anterior de la rodilla izquierda. Para ese entonces las lesiones podían estar a la vuelta de la esquina, porque el futbol femenil no tenía los cuidados que tenemos ahora. Jugamos por amor al deporte, pero no traíamos una formación como en ramas varoniles; no sabíamos que la preparación física en el gimnasio era tan importante, que el acudir a tratar una lesión era tan indispensable, fueron cosas que con el tiempo fuimos aprendiendo.

Estuve fuera por casi un año; regresé a jugar a un equipo de segunda división, Centauros, a finales del 2015, en donde la liga Lexfa comenzaba ya con su rama femenil. Para ese entonces, el futbol femenil comenzaba a abrirse puertas en la modalidad 11 para  mujeres, por lo que a finales de ese año se realizó un Copa de la Amistad, donde participé en el equipo de Quetzales femenil en modalidad 11 como LB externo, y jugué un encuentro amistoso contra un equipo de Torreón, Coahuila. Fueron las primeras apariciones de esta modalidad.

Posteriormente a esto, regresé a jugar a primera división de FXF en Vikingas (2016) como LB, donde estuve una temporada, pero por temas personales tuve que salir y comencé la temporada de otoño en Raven femenil en primera división de FXF, y cumplí dos temporadas como LB; para ese momento, los equipos se sostenían por los pagos y aportaciones de las jugadoras, algunos con apoyo de familiares o dueños de equipos.

Era común que los equipos desaparecieran por la falta de solvencia y tal fue el caso de Ravens, que desapareció en el 2016. Por tal motivo tuve que tener un cambio de equipo y así llegué en el 2017 a Vaqueros femenil, en primera división de Lexfa. Entonces el futbol femenil empezaba su incursión en modalidad 11 y su participación en nacionales en esta modalidad, por lo que participé como LB en la Selección Lexfa 2018 en el torneo nacional, en Mérida, Yucatán, quedando como campeón.

Permanecí en Lexfa y jugué a partir de aquí como DL en Cowgirls arena femenil 2018-2019, donde cumplí con el tiempo y participé por segunda vez en un torneo  nacional, esta vez con sede en Monterrey, y quedamos en tercer lugar nuevamente con la Selección Lexfa. Tuve la posibilidad de participar en el juego internacional contra  Europa en el Wilfrido Massieu de la CDMX, donde quedó campeón nuestro equipo  representativo, la Selección México.

Esa fue la última oportunidad de jugar antes de la pandemia, donde muchos atletas  tratamos de permanecer activos. En este tiempo el futbol americano femenil tomó fuerza y creció exponencialmente en todas las modalidades, entre las que la 11 es la principal, por lo que el regreso a los campos fue con fuerza en este nivel.

Retomé mi carrera deportiva en el equipo de Mexicas femenil 11 en 2021 por el cariño hacia las personas que lo conformaban, donde participé en la liga Liffae. Personalmente puedo decir que, aun con el crecimiento de este deporte, esta modalidad sigue sufriendo misoginia, falta de profesionalismo e intereses distorsionados por muchas personas que se acercan a estos equipos fingiendo ser coaches profesionales, pero buscan intereses personales con las jugadoras, por lo que mi participación ahí terminó. Pude participar una tercera vez en un torneo nacional, pero esta vez en Querétaro, en la  Selección Centro Sur, donde quedamos campeonas.

Mi penúltima participación fue en Pumitas femenil 11 y fuimos subcampeonas 2022.

A lo largo de toda esta travesía como jugadora de futbol americano he visto crecer y  tomar fuerza el deporte en la modalidad femenil.

Uno de mis sueños en toda mi carrera deportiva fue participar en un proceso  mundialista, mismo que comenzó en este 2022. Desde un principio el proceso no pintó de la mejor manera, sin embargo, nunca perdimos la esperanza de participar en éste. Al realizar las pruebas y quedar en la lista final me di cuenta de que todos los  esfuerzos, los sacrificios que he realizado durante estos nueve años han valido la pena.

Quisiera decir que mi meta fue cumplida al 100%, pero por todo lo que he pasado me siento incompleta y un poco frustrada de que por culpa de una mala administración y mal manejo de las personas que supuestamente nos representan a un nivel gubernamental, el sueño de tantos años me haya sido arrebatado, a pesar de haber buscado y agotado todas las posibilidades para cumplirlo, pero no fue suficiente para concretarlo de la mejor manera.

Hoy en día me siento orgullosa de mi equipo, de nuestros amigos y familia, y del  movimiento que estamos haciendo para que esto no solo sea un impacto para nosotras,  sino para las generaciones que vienen detrás de nosotras, para dejarles un futuro prometedor y un futbol americano menos viciado. Que las generaciones que vienen no tengan que pasar por todo lo que nosotras, que su única preocupación sea jugar futbol.


Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.


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