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Por Nurit Martínez

¿Quién ganó en la UNAM? es la pregunta recurrente tras la designación de Leonardo Lomelí en la Rectoría de esa casa de estudios. Ganó el grupo de médicos, pero ¿quién en específico? Todo hace indicar que el grupo del ex rector Juan Ramón de la Fuente en la cercanía con Claudia Sheinbaum hicieron posible la llegada del primer economista a la universidad para que todo siga igual, con leves cambios, pero para que el establishment permanezca otros ocho años.

A Lomelí Vanegas lo presentaron como un hombre de la izquierda universitaria por su breve recorrido en el movimiento estudiantil de 1985-1986 del CEU y para el  resto de la comunidad se valoró su juventud, que es un universitario dedicado, disciplinado y estudioso, con altos reconocimientos académicos capaz de liderar el modelo establecido hace casi un cuarto de siglo.

Por ello es que en las primeras horas los universitarios pumas expresaron tranquilidad por el nombramiento de la Junta de Gobierno, la comunidad prefirió la continuidad que arriesgar hacia un cambio por sólo cuatro años, en el caso de que Patricia Dávila, secretaria de Desarrollo Institucional fuera designada rectora.

Por su edad, ella solo podía garantizar cuatro años de gobernabilidad, fue una de las valoraciones en inédita deliberación de la Junta de Gobierno.

Por cuatro días consecutivos los 15 integrantes de la Junta de Gobierno se reunieron en la torre de Rectoría para evaluar los perfiles de los diez aspirantes finalistas, pero hasta ahora se sabe, que en.particular el análisis se centró entre designar a la primera mujer al frente de la universidad o darle continuidad al proyecto de institución fijado por el médico De la Fuente tras la huelga de la UNAM.

El jueves 9 de noviembre de 2023, mientras en el auditorio principal de la Rectoría se concentraban los representantes de los medios de comunicación en espera del mensaje de la presidenta de la Junta de Gobierno, Giba Zabludovsky los celulares empezaron a sonar: "mi jefe no es".

--¿Confirmado?

--Sí, no es, intercambié esa tarde

--No alcanzó la votación calificada, dijo.

 En otro mensaje se leía: "no, no somos nosotros".

Los segundos eran eternos, la especulación se incrementaba. De la Junta salió un mensaje: "vamos al mensaje", no hubo más.

Fue ese el momento en que aparecieron los 15 integrantes de la Junta y la presidenta anunció que Leonardo Lomelí tenía los atributos.

Eso generó nuevos mensajes: ¿La Junta no se atrevió a ser progresista, aunque los tiempos en el país así se vislumbra?

Así recibió la comunidad la ratificación de una hombre formado en las ciencias sociales pero de hechura política entre médicos.

Horas más tarde universitarios, investigadores, señalaron que la Junta de Gobierno evitó decantarse por una mujer porque en la investigadora Patricia Dávila veían signos de una mujer a la que le gana el impulso, es reactiva y poco prudente al momento de tomar decisiones. Comentarios misóginos no faltaron, pero que sin duda llegaron a oídos de los integrantes de la Junta que por primera vez tuvo mayoría de mujeres.

Así también fue la percepción de varios integrantes de los medios de comunicación con los cuales charló un día antes, cuando ella salió a su caminata habitual por el campus central de Ciudad Universitaria y ella les respondió: "si yo tomara en cuenta los rumores no dormiría, no comería y no sería ... a mí me vale" dijo con cierto desplante cuando le preguntaron su opinión de quienes señalaban que al interior de la Junta las hora se prolongaba en la decisión porque no se lograba un acuerdo mayoritario entre dos aspirantes: ella y Leonardo Lomelí.

¿Quién ganó la sucesión en la UNAM? En la integración del equipo de trabajo de Leonardo Lomelí se advertirá el juego de poder, del grupo de médicos y la izquierda universitaria que pactó para que todo siga igual.

 Lo que sí se observa es que para que no haya señalamientos sobre el tema de género se prevé que las tres mujeres ( Laura Acosta, Guadalupe Valencia y Patricia Dávila) finalistas mantengan una posición de primera línea en el equipo de Lomelí, también en reconocimiento a las ideas aportadas en sus propuestas de trabajo.

Por lo pronto, Dávila ya se convirtió en la primera secretaria general de la UNAM al ocupar de manera interina la que dejó Lomelí para preparar el relevo de Enrique Graue.


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