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Por Joanna Vega-Biestro

Confieso que no solo salgo a la calle con miedo a ser asaltada, también a que me tope con alguna “autoridad“, de esas que no tienen vocación por la ley y el orden.

Y no, no me refiero a todos los videos que diariamente se comparten en redes sociales en donde somos testigos del deleznable abuso de autoridad, sin mencionar la corrupción.

Para ejemplificar lo que sucede: el otro día me encontré con una amiga y decidimos buscar un lugar cercano para comer. Fue en Mazaryk, en la colonia Polanco; era uno de estos locales que tienen vista hacia la calle. Habrían transcurrido apenas unos 15 minutos cuando empezamos a ver un movimiento inusual de policías.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.