Había una vez una escuela socialista…

Una gran posibilidad es que, como sucedió con aquél intento de imponer una educación socialista en el siglo pasado, la propuesta de la nueva escuela mexicana se quede como un esfuerzo más del gobierno en turno y concluya con él.

Había una vez una escuela socialista…
Lillian Briseño
Por Lillian Briseño

Mucho se ha hablado últimamente sobre los nuevos libros de texto, a los que algunos han tildado de comunistas, como si esto fuera el máximo pecado del mundo. Como si viviéramos aún a principios del siglo XX, cuando esta filosofía casi se asociaba falsamente con prácticas diabólicas.  Los comunistas/socialistas “no creen en dios”; “se comen a los niños”; “pervierten a la gente”, se decía, imaginando escenarios catastróficos para las infancias.

Las reacciones actuales a los libros de texto, nos remite forzosamente a lo que pasó hace casi un siglo en este país, cuando en 1934 se modificó el artículo 3º constitucional y se estableció que la educación que impartiera el Estado debía ser socialista, obligatoria y gratuita. Esta decisión fue la cereza del pastel de los muchos cambios que se venían impulsando desde el gobierno tras la guerra civil y que a algunos sectores del país les puso los pelos de punta.