Todos somos Benito

Africam Safari es un proyecto privado, que se ha mantenido privado y que se ha convertido en referente mundial, al ser una de las reservas naturales más relevantes del planeta.

Todos somos Benito
Marilú Acosta

Por Marilú Acosta

La palabra jirafa proviene del árabe zarāfah, de ahí quizá de alguna lengua africana, quiere decir animal veloz y ligero. Las jirafas están en peligro de extinción, además son tiernas y raras, por sus largos cuellos (hasta 2.5 mts), sus cortos cuernos, sus lenguas prolongadas (miden medio metro), sus piernas torpes y elegantes, no son violentas y si lo tienen que hacer se pelean a cuellazos, aunque prefieren defenderse en bolita o simplemente huir. Sus características físicas responden a mutaciones genéticas que se han generado a lo largo de 27 millones de años cuando su línea evolutiva se separó de un ancestro llamado Xenokeryx amidalae. Su línea hermana hoy se conoce como okapis. Los okapis parecen hechos con sobras de otros animales: cabras, zebras, vacas, jirafas, burros. 

El mundo acaba de atestiguar el reciente traslado de Benito, una jirafa que de Culiacán llegó hace 8 meses a Ciudad Juárez. Su traslado se reportó en periódicos importantes a lo largo del planeta y fue seguido en redes sociales por cientos de miles de personas, quizá millones, además de todas aquellas que siguieron y saludaron a Benito a lo largo de los casi 2 mil kilómetros de trayecto que significó cruzar 10 estados de la República Mexicana. La Odisea de Benito tuvo al parecer como punto de partida una muestra de amor de un señor casado hacia una joven mujer ambos funcionarios y militantes del partido en el poder, no lo sé a ciencia cierta. Lo que sí sé es que Ciudad Juárez es una ciudad poco amigable con un animal de origen africano y los fríos que se han desatado este invierno presionaron para que Benito se fuera a Africam Safari.