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Por Raquel López-Portillo Maltos

Justo cuando todos pensaban que no podía caer más bajo, este domingo, Nikki Haley, aspirante a la candidatura a la presidencia de Estados Unidos, se convirtió en la primera mujer en ganar una elección primaria en el Partido Republicano luego de obtener 62.9 por ciento de los votos (frente a 33.2 por ciento de Donald Trump) en el Distrito de Columbia. Si bien esto no significa que sus posibilidades de asegurar la candidatura aumenten, el suceso aunado a algunas de sus declaraciones recientes dan nuevas luces para responder lo que más de uno se pregunta: ¿por qué sigue Haley en la contienda y qué tiene que ganar? 

Hay distintos factores que resaltan la importancia de su papel en esta elección. Si bien estas primarias resultan predecibles en cuanto a los candidatos que serán electos, los datos que arrojan resultan útiles para identificar las debilidades que éstos enfrentarán el próximo noviembre. En este sentido, el hecho de que Haley sólo haya ganado una elección primaria hasta el momento no significa que el apoyo a su figura haya sido nulo. En algunos estados ha logrado asegurar desde 20 hasta 40 por ciento de los votos.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.