Entre negaciones y evidencias: la sombra de los cárteles en Querétaro e Hidalgo

¿Cómo es posible que, mientras las autoridades estatales niegan la existencia de cárteles, Los Hades han consolidado su dominio en el robo de hidrocarburos en la región?

Entre negaciones y evidencias: la sombra de los cárteles en Querétaro e Hidalgo
Sandra Romandía

Por Sandra Romandía

Vivimos tiempos de contradicciones y realidades paralelas, donde las declaraciones oficiales contrastan con la cruda verdad que se revela en los rincones más oscuros de nuestro país. Hay  una verdad que nos duele pero es cierta: quedan pocos rincones de México que no estén controlados por el crimen, y no me refiero solo al narcotráfico, sino a los grupos delincuenciales que ya se dedican a varios delitos, lejos de la producción y trasiego de drogas.

Recientemente, el periodista Axel Chávez destapó -en una investigación para Emeequis, medio digital que dirijo editorialmente-  una realidad incómoda que ha estado latente en Querétaro e Hidalgo: la presencia de cárteles, específicamente el grupo conocido como Los Hades. Originarios de Hidalgo y con una presencia marcada en Querétaro, este grupo delictivo, también conocido como Cártel de Palmillas, ha trascendido desde sus inicios vinculados al narcotráfico hasta diversificar sus delitos.  Su ascenso meteórico se atribuye a la perforación de ductos de Petróleos Mexicanos (Pemex), un negocio ilícito que los catapultó hacia la categoría de cártel  por dimensión de su operación y su capacidad de fuego, según información de seguridad federal. Así que lo que comenzó como la venta de cristal en improvisadas casas invadidas o construcciones precarias de madera y cartón, pronto se transformó en una empresa delictiva de gran envergadura. La protección política, especialmente arraigada en Hidalgo, les permitió consolidar su presencia y desafiar cualquier intento de erradicación por parte de las autoridades.