Por Stephanie Henaro
El país de Emiliano es el país de todos. Es tierra de nadie, se rige por la ley de la jungla, y al final las balas acaban matando la esperanza.
Sobre las causas de la muerte de este niño de 12 años en Tabasco hay dos versiones: la primera, que fue retomada por las redes sociales e indica que Emiliano fue atacado cuando trató de defender a su madre de un intento de secuestro. Mientras que la segunda, cita que el menor fue agredido de manera directa afuera de la casa de su abuela, y cita que ésta aseguró que no pudo ver a los atacantes porque no puede caminar.
No obstante, cualquiera que haya sido el verdadero motivo, lo único que ilustra es que el paraíso - nombre irónico del municipio donde él vivía- es en realidad un infierno y que de la misma manera que Tabasco hoy está lejos de ser un Edén, el país está lejos de ser el que queremos y que cada día que pasa, el crimen organizado se adueña de un cacho más del territorio pero también de la democracia.