Por un SAT más amigable para un país próspero

En medio de una vulnerable reactivación económica, acechada por pronósticos desalentadores de pérdida de inversión, desempleo, bajo consumo, además de la amenaza latente en torno a la variante ómicron[1] que está preocupando al mundo, en nuestro país, el Servicio de Administración Tributaria (SAT) representa un órgano del aparato gubernamental que “estresa” hasta cierto punto a la ciudadanía.

Si bien reconozco que desde hace muchos años se ha discutido ampliamente la importancia de mejorar los niveles de recaudación tributaria en México, deberían diseñarse mecanismos encaminados a alentar la inversión privada que se finque en el emprendimiento, verdadero motor del crecimiento y desarrollo de cualquier país.

Adicional al diseño de mecanismos más accesibles, también debería mejorarse la percepción que la sociedad tiene respecto del manejo, aplicación y transparencia de los recursos recaudados, para apostar por una cultura mucho más efectiva de pago de impuestos.

En el último trimestre del año, la Miscelánea Fiscal 2022, aprobada por la Cámara de Diputados y la Cámara de Senadores, con cambios mínimos a la propuesta original del Ejecutivo, fue tema de análisis y debates públicos con muchos puntos de desencuentro, obligando a todas las áreas contables de las empresas a revisar las nuevas reglas y generando tensión entre personas físicas y morales, así como a organizaciones sin fines de lucro, por igual.

Entre las disposiciones aprobadas, se acordó establecer lo siguiente:

1. La obligación de las personas mayores de 18 años a inscribirse en el Registro Federal de Contribuyentes (RFC), aunque no tengan un empleo formal
2. Se limita la deducción fiscal de donativos que hacen personas físicas a organizaciones de la sociedad civil
3. Contendrá el nuevo Régimen de Confianza
4. Se considerará responsables de encubrimiento en delitos fiscales a los contadores públicos inscritos que no denuncien presuntos ilícitos de sus clientes
5. Se elimina el IVA a productos higiénicos para la menstruación
6. Se establece la tasa cero del IVA a alimentos no procesados para animales.

Ante las críticas, la Secretaría de Hacienda salió a defender su propuesta, apelando que busca consolidar la recuperación económica nacional, así como incrementar la base tributaria a partir de formalizar a más trabajadores.

A propósito del cumplimiento de mis obligaciones, este mes acudí en tres ocasiones a las oficinas del SAT, constatando situaciones que antes ya había escuchado con respecto a la atención presencial. En primera instancia, este 2021 cientos o miles de contribuyentes padecimos la sola acción de agendar una cita. Una vez sorteado este primer reto, la atención personalizada deja mucho que desear. Vamos con dudas que no son del todo resueltas; dada nuestra falta de expertis, al primer titubeo nos hacen sentir temor porque no hay esa vocación de servicio que la ciudadanía merece encontrar, por el contrario, hace falta mayor empatía, porque al menor “inconveniente” nos requieren agendar una nueva cita para completar nuestros trámites, provocando que el SAT nos signifique un pesar.

Es un hecho que el combate a la evasión y elusión son puntos cruciales para mejorar los ingresos de la economía nacional; sin embargo, si lo que se desea es contribuir genuinamente a un incremento en la recaudación —urgente para el contexto en el cual nos encontramos— necesariamente se tienen que conciliar mecanismos ágiles, transparentes, sencillos y hasta amigables de recaudación.

Me parece que el fisco debe asumir un papel mucho más positivo, digamos de aliado, si queremos que México sea un país de oportunidades en general, y particularmente un terreno fértil para el emprendimiento, clave de reactivación, empuje y opción de desarrollo.

[1] https://www.paho.org/es/noticias/1-12-2021-oms-situacion-actual-relativa-variante-omicron

Sonia Garza es Presidenta Nacional de la Asociación Mexicana de Mujeres Jefas de Empresa (AMMJE). Consejera Nacional de COPARMEX y Consejera de COPARMEX Nuevo León.

Las opiniones expresadas son responsabilidad de sus autoras y son absolutamente independientes a la postura y línea editorial de Opinión 51.

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