Por Renata Roa
Pareciera que fue ayer, cuando una novela con un título pegajoso: Comer, rezar y amar, llegó a mis manos y no se despegó de mí. Yo aún no había vivido divorcios cercanos, ni casadas estaban mis amigas, ni mucho menos alguna noche del alma, pero sus palabras hicieron eco. Probablemente porque había vivido en Italia y todo me recordaba de ese tiempo mágico. A lo mejor era mi interés genuino por la meditación y sus formas de conectar con la espiritualidad y uno mismo. No sé si era la esperanza que despertaba en mí la posibilidad de poder volver a gozar después de un duelo importante. Solo sé que sus 108 capítulos, si no mal recuerdo, fueron guiándome del duelo del amor en pareja hacia la conquista de uno mismo a través de una vulnerabilidad muy honesta. Aún recuerdo, sin haberlo vuelto a leer desde el 2006, el año que salió, la imagen descrita de ella tirada llorando en el baño. Me pareció muy valiente compartir sus pensamientos a través de este libro autobiográfico.
Después vino la película, luego otros títulos y una carrera sostenida por su increíble curiosidad y honestidad. Elizabeth Gilbert, ha sido esta mujer inspiradora que sin saberlo, me regalaría la esperanza en momentos complicados. Aunque hoy tengo una teoría de la vida que sin duda simboliza sus tres etapas de este libro: sobrevivir, vivir, contribuir; hoy me sigue haciendo eco cuando la escuché decir que su propósito era estar en paz. ¿Qué? ¿El propósito es una emoción? Por varios años he estado explorando el concepto de propósito. No sólo desde la parte más empresarial que le pone corazón a la actividad diaria, también en el sentido más profundo y trascendental del ser humano. Creía que tenía una definición clara. Había construido una metodología para explorar, honrar y resignificar el pasado, abrazando el presente e idealizando el futuro. Genuinamente creía que había entendido el concepto, hasta esta conversación.
Si partimos que la gente no hace lo que dice, hace lo que siente, sin duda, se vuelve un motor increíble que articula tus pasos en el día a día. Intenciona, colabora y sobre todo colorea cada paso. Se vuelve la posibilidad de crear una vida bajo esa lupa y me pareció un extraordinario complemento a esta metodología en la que creo fielmente. Así como en su libro ella dice que cada ciudad, personas, barrios tienen una palabra que los describe como “apellido”, me pareció increíblemente interesante integrar esta emoción como el camino para contribuir de una manera más consciente.
Me fascina constatar el poder que tienen algunas personas para mover a otras, sobre todo de los lugares mentales a los que tendemos a aferrarnos. Liz Gilbert es una de ellas, que de forma muy amorosa y con el ejemplo, toca fibras mentales y emocionales, el combo perfecto. Viene a México el próximo 25 de octubre y tengo la fortuna de ser una de las personas que abrirá el evento junto con otros 9 cracks. ¡No pierdas la posibilidad de ver la vida con nuevos ojos! Me encantará coincidir y así cambiar, aumentar y por qué no, hasta anular algún otro concepto que seguro tengo súper claro, aja.
Elizabeth Gilbert estará este miércoles 25 de octubre de 2023 en el Auditorio BlackBerry en la Ciudad de México. Si no tienen sus boletos, tenemos una promoción especial de suscripción a Opinión 51 + boleto para ver Liz, solamente vigente este martes 24 de octubre de 2023.