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Por Rosa Covarrubias

“Las niñas están teniendo referentes en quien fijarse”, fueron las palabras de Irene Paredes, defensa del Barcelona, tras entrenar en las instalaciones de las Chivas y ver la cantidad de gente, sobre todo niñas, que asistieron a su entrenamiento.

No es un secreto que poco a poco las mujeres hemos tomado fuerza, no solo en la práctica del deporte, también en otros sectores como en el cuerpo médico, psicólogas, visorias y, recientemente, en puestos de alto rango, incluso como propietarias de equipo, en México tenemos a Alejandra De La Vega, dueña de Juárez FC de la Liga MX.

Un siglo después de que la francesa Alice Milliat, creadora en 1921 y presidenta de la Federación Femenina de Deporte Internacional, impulsó los Juegos Mundiales Femeninos -algo así como unos Olímpicos exclusivos para mujeres-, tras la negativa del Barón Pierre de Coubertin de incluir más disciplinas para mujeres en Juegos Olímpicos, debido a que el entonces presidente del COI pensaba que la fragilidad de las mujeres no les permitía competir en pruebas de alta exigencia, como atletismo, natación, etc., las cosas comienzan a cambiar, empoderando a las mujeres en el deporte.

Mujeres al frente del debate, abriendo caminos hacia un diálogo más inclusivo y equitativo. Aquí, la diversidad de pensamiento y la representación equitativa en los distintos sectores, no son meros ideales; son el corazón de nuestra comunidad.